martes, 7 de septiembre de 2010

RENUNCIA CENTRO DE DIRECTORES PARA EL NUEVO TEATRO


Apreciado Carlos
Ante la imposibilidad de conversar contigo desde el mes de enero, debido a tus múltiples ocupaciones frente al Festival Internacional de Teatro, me dirijo a ti a través de la presente para manifestarte mi renuncia a la junta directiva del Centro de Directores para el Nuevo Teatro y a mis actividades dentro de dicho organismo,
Como de todos es sabido, ese organismo, creado por ti a raíz del Festival de Directores, tenía como misión ser un centro en el que una serie de directores que veníamos trabajando desde hace algunos años y otros más nuevos, encontraríamos por fin un lugar de reunión para formular proposiciones y obtener respaldo financiero y profesional para poder continuar con nuestras actividades. Sin embargo, el centro desde que fue creado, ha permanecido como un apéndice de la Fundación Rajatabla, lo que – sin duda- entorpece sus actividades y terminará por acabar con lo que en su origen fue una brillante idea.
Como directora que ha venido luchando por estabilizar un grupo desde hace ocho años, trabajando con seriedad, continuidad y respeto por la labor de los demás, me sumé a lo que ha sido uno de los proyectos más importantes del teatro venezolano y tu sabes muy bien que el centro contó conmigo siempre que fue necesario, que en reiteradas oportunidades presenté ideas y proyectos con el objetivo de ser discutidos y que, incluso Nueva Gente facilitó su sede para realizar reuniones cuando no se disponía de otro espacio.
Mi ausencia de las más recientes  reuniones se debe a que tuve que tratar de solventar una serie de problemas para llevar adelante mi plan de trabajo, el cual se encontraba paralizado por causas totalmente ajenas a mi. Según habíamos acordado, como bien sabes, yo debí estrenar el 8 de noviembre de 1987, pero faltando apenas  tres semanas para esa fecha el señor Armando Africano – quien en ese momento  se encontraba trabajando para la Fundación Rajatabla me informó que yo no podía estrenar porque en esa fecha estrenaría un “reconocido director”. Después tú me comunicaste personalmente en una reunión en tu oficina que yo abriría la temporada estrenando la semana del 8 de enero. Pasó el mes de diciembre sin que yo pudiera obtener una respuesta concreta sobre mi estreno por parte de la coordinación del centro. Finalmente, ya a mediados de enero después de reiteradas visitas y llamadas telefónicas, el señor Aníbal Grunn me informó que no podía estrenar en la Sala Rajatabla porque estaba ocupada con motivo del Festival Internacional. Al mismo tiempo, me dijo que buscara yo otra sala donde presentar el trabajo y que se lo comunicara al Centro para hacerme entrega del dinero para la producción. Creí haber solucionado el problema al obtener la Sala Horacio Peterson, pero lo peor estaba aún por venir.
Es de constancia pública que entre los aportes realizados por el Conac en 1987, se dio treinta mil bolívares (Bs. 30.000,00) a cada uno de los directores pertenecientes al centro para su producción del año, según proyecto presentado por el mismo centro. Adicionalmente Fundarte dio un aporte, el cual se nos notificó era de dieciséis mil bolívares (Bs. 16.000,00) por director, cantidad que el centro decidió sería invertida en publicidad.
De los aportes otorgados para los fines mencionados, solamente uno o dos directores hicieron uso de ellos, ya que los demás aún no estrenaron .Lo cierto es que en el momento de informar que teníamos sala nuevamente el señor Anibal Grunn nos comunicó que lo sentían mucho pero que “no hay dinero porque Rajatabla tiene más egresos que ingresos”. Finalmente, después de presentarnos varias veces y llamar por teléfono, se nos notificó que nos entregarían sólo veinte mil bolívares y que nos quedaban debiendo diez mil. En cuanto al dinero para la publicidad, se nos dijo que no había y que, en todo caso, no se entregaba en efectivo. Eso significó que con los veinte mil bolívares tuvimos que cubrir tanto la producción como los avisos de prensa.
Ya bajamos de cartelera, obtuvimos otra sala para estar un mes más presentando la obra, y no podemos hacerlo porque nos faltan dieciocho mil bolívares para cubrir la producción. En este momento, un grupo como el que represento, que siempre ha carecido de subsidio y que sin embargo ha llevado a escena innumerables trabajos, tiene que escuchar como respuesta que no nos pueden dar el dinero que nos deben porque se ha gastado todo en el Festival Internacional.
Toda esta larga serie de sucesos ocurridos en torno a mi trabajo, me conducen a presentar mi renuncia exponiendo que es lamentable que el centro de Directores se convierta exclusivamente  en un centro de producción intermediario entre los directores jóvenes y los organismos oficiales, sin que se nos preste ningún otro tipo de respaldo, y ni siquiera se tenga el mínimo respeto a nuestros proyectos de trabajo con respecto a la asignación de salas, limitando nuestra independencia creativa para la puesta en marcha de proyectos surgidos en el seno del centro y paralizando la continuidad de nuestro trabajo a favor de los proyectos de otras agrupaciones. Al mismo tiempo, pienso que es necesario que el Centro de Directores asuma su independencia económica y que las partidas asignadas se empleen para lo que se solicitaron.
Expuestos los puntos anteriores, deseo dejar constancia de que mi decisión no se debe al deseo de reclamar solamente un aporte económico (que legítimamente me corresponde) ya que he venido trabajando desde hace ocho años sin este tipo de apoyo, gestionando otros mecanismos que nos han permitido estrenar dieciocho piezas. Mi decisión responde a que no comparto la tergiversación que han sufrido los objetivos originales del centro ni la forma en que se están administrando los recursos a él asignados.
Los problemas que hemos confrontado con el montaje de El Príncipe de Medianoche corroboran mis afirmaciones.
Esperando que mi posición sea motivo de replanteamientos ante una generación que se prepara para continuar con la labor teatral que otros dignamente han desarrollado a través de su constancia, tesón y seriedad, se despide. Amiga.
Inés Muñoz Aguirre.
Publicado en El Universal. Viernes 4 de marzo de 1988

No hay comentarios: